TEMA: LA ESPAÑA LIBERAL.
Para este análisis de libros de texto
utilicé uno de la editorial ANAYA (2003: Burgos, M. Calvo, J. y cols.) y otro de SM (2008: Cortés, C. Y Fernández-Mayorales, J.).
1.
Aspectos Generales del libro.
Un rápido análisis de ambas nos indica que las dos optan por el
color negro, naranja y blanco. Estos colores representan, respectivamente,
sobriedad (seriedad); juventud, (dinamismo) y limpieza (orden). Son, por tanto,
colores muy bien seleccionados para condicionarnos inconscientemente.
Por otro lado, el diseño del libro de SM es más innovador que el
de ANAYA, si bien debe recordarse que este es cinco años más viejo que aquel,
por lo que juega con la ventaja de los progresos acontecidos en el ámbito del
diseño.
Ambos usan un papel satinado de buen gramaje.
La letra de ANAYA es similar a la Adobe Garamond, una tipografía
elegante y poco pesada, pero que transmite más seriedad. La de SM es, sin
embargo, semejante a la Arial, más rotunda pero también más desenfadada y por
ello cercana al gusto de los adolescentes.
Como se ve, ambos cumplen con lo imprescindible (tienen portadas
más o menos bonitas, según el gusto personal; hojas blancas suaves con grafías por encima y
filos poco cortantes).
En este ámbito, no hay
elementos que nos ayuden a decantarnos por uno u otro.
2. Texto.
El libro de Anaya tiene una extensión de 293 páginas, por 303 del
de SM. Ambos son volúmenes asumibles para 4º de la ESO.
Respecto de la claridad del texto, ANAYA es más narrativo,
mientras que SM es más esquemático. En este caso prefiero un libro narrativo,
del que los alumnos tengan que extraer las ideas principales y realizar sus
propios esquemas, pues lo considero un paso imprescindible en el proceso de
aprendizaje: prefiero ANAYA.
Centrándonos en la organización, ANAYA hace un índice por bloques
organizados en conceptos (cada bloque engloba varios temas, iniciándose con una
introducción compartida y proponiéndose sus actividades finales de forma conjunta
al final del bloque), mientras que SM hace una distribución clásica por temas,
distribuidas en introducción, unidad, procedimientos, síntesis y actividades.
En este aspecto quizá resulte más asequible para el alumno el sistema de SM.
Ambos presentan fortalezas
y debilidades, pero creo que es negativo dar los esquemas hechos a los alumnos.
Es un trabajo que deben aprender a hacer e interiorizar. ANAYA es mejor por
este aspecto.
3.
Actividades.
En ambos casos aparecen actividades intercaladas con el texto con
el que se relacionan.
Respecto de las actividades finales, en ambos textos son muy
completas: ejes temporales, descripción y asociación de conceptos,
multicausalidad... son contenidos que aparecen con mucha frecuencia. ANAYA tira
más hacia lo conceptual y SM hacia lo procedimental, por lo que en ambos casos
deberían seleccionarse ejercicios y completarse. En ambos casos se trabajan los
contenidos actitudinales con profundidad a través de textos e incitando a la
reflexión, trayendo la historia al presente del alumno.
Ambos tienen fortalezas y
debilidades. No me decanto por ninguno.
4.
Gráficos.
ANAYA utiliza muchísimos mapas e imágenes, pero es patente la
carencia de gráficos. Por parte de SM, hay muchas imágenes, pero pocos mapas y
gráficos. En este sentido, ANAYA no incorpora ejes temporales, pero las
imágenes son muy representativas del texto que ilustran. Respecto de SM,
incluye ejes temporales y sus imágenes son también representativas.
En mi caso, prefiero que
los alumnos realicen el eje temporal extrayendo conceptos del texto, por lo que
recomendaría una vez más el libro de ANAYA.
5.
Contenido.
En el caso de ANAYA, estamos ante un
libro de texto que empieza las unidades y bloques enlazando con las anteriores.
Este es un acierto muy grande, pues permite al alumno comprender la multicausalidad
de la historia y permite un mayor dominio del tiempo histórico al presentar la
historia como un continuo, y no como una
suma de capítulos estancos. MUY BIEN
Respecto de la imagen, esta se supedita siempre al contenido del
texto. Esto es acertado en la parte de historia, pero es muy equivocada en la
de arte. En las páginas dedicadas a la producción plástica, la obra de arte
debería ser la que “llevase la voz cantante” sobre el texto. No es una cuestión
de supremacía, sino de procedimiento (el arte se ve, y después se lee). Por
otro lado, los autores decidieron aunar en pocas páginas arte, literatura y
otras producciones culturales, resultando un extraño puré en el que se mezcla
neoclasicismo, historicismo y romanticismo (ahí es nada). MAL
El texto es muy narrativo y conceptual, si bien se realizan
algunas aseveraciones extrañas, como las alusivas al fin de la Primera
República, hecho que atribuye al cansancio del pueblo español ante la inestabilidad
política (¿¿¿???). BIEN (el conjunto es muy bueno, habría que cuidar
estas afirmaciones sospechosas).
Por último, ANAYA se centra en el ámbito regional madrileño (es un
libro de la Comunidad Autónoma de Madrid), pero sólo se centra en la ciudad, y
más concretamente, en el urbanismo. Por otro lado, no es especifica nunca que
Madrid no era un ente político en aquel momento. MAL.
Respecto de SM, las unidades empiezan
con pequeños textos introductorios, lo cual ayuda a focalizar la atención y
despierta el interés. BIEN.
El contenido es más telegráfico y esquemático que el de ANAYA,
quizá demasiado pedagógico y poco humanístico. Respecto de los juicios
históricos, introduce también elementos extraños, como el siguiente: “En 1808,
el pueblo español no aceptó que su destino fuera decidido por los poderosos...”
(pág. 67). De no ser por el mapa que se sitúa al lado de esta aseveración y el
pie de foto (“La Guerra de la Independencia”), no sabríamos si estamos ante la
Revolución de Octubre, Braveheart o Rebelión en la granja. MUY MAL.
En lo que sí que es más acertado el libro de SM es en la
incorporación de todas las etapas históricas de la España liberal. En el caso
de ANAYA, el Segundo periodo moderado y el sexenio democrático se tocan de
refilón, mientras que aquí se hace con todos por igual (aunque esto va en
perjuicio de la narratividad: puede decirse que ANAYA es más Holístico, y SM
más atomista: que elija el profesor). SM tiene la fortaleza, por otro lado, de
tratar de forma diferenciada en el lateral, con mayor profundidad, conceptos
que ANAYA olvida, como “El Convenio de Bergara” (pág. 73). BIEN
La cultura y el arte se tratan mucho mejor que en ANAYA, sin hacer
mezclas sin sentido alguno.
Por último, el libro de SM se centra en Castilla y León en esta
etapa histórica, especificando que esta entidad política no existía,
mencionando “Castilla”. Este es un hecho positivo, sin embargo, León no aparece
en el texto, dándose quizá a entender que no existiese. De hecho, parece que
quiere manipularse el juicio de los alumnos, al decirse que “Javier de Burgos
llevó a cabo una nueva división administrativa. Los reinos de Castilla y León
quedaban ahora organizados en 11 provincias, incluidas Santander y Logroño”
(pág. 80). Esta información es tendenciosa: León, Zamora y Salamanca formaban
parte de la región de León, Mientras que Ávila, Segovia, Soria, Burgos,
Logroño, Santander, Palencia y Valladolid de Castilla la Vieja. Se intuye cierto adoctrinamiento para generar
identidades a través de una historia distinta de la real. MUY MAL.
Ambos textos deben ser
tratados con cuidado por el docente, filtrando las manipulaciones tendenciosas.
Quizá Anaya sea mejor como texto del área de las humanidades, al mostrar una
redacción cuidada y argumentada. Sin embargo, SM aporta más contenidos tratados
a fondo. No me decanto por ninguno.
Precio.
ANAYA: 24€
SM: 36€
Conclusión.
Si se me obligase a recomendar uno de los dos libros, dado que
ambos tienen aspectos positivos y negativos, optaría por el más barato: ANAYA.
Sin embargo, creo que las Ciencias Sociales tienen la ventaja de
permitirnos trabajarlas con apuntes realizados por nosotros mismos que vayamos
impartiendo a los alumnos al tiempo que se explican en clase, mostrando
imágenes en el proyector y colgándoselas en la plataforma virtual del colegio o
transfiriéndoselas en un su pen-drive. Podemos tener, por otro lado, uno o
varios de estos libros en la biblioteca del centro para que los alumnos los
consulten.
Creo que lo más acertado es ahorrar a las familias los 24€.
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