Una vez mi madre -muy
culta ella-, y tirando de una fuente inagotable de sabiduría, el refranero
español, me dijo una vez: “No es solo lo que dices, sino también como lo dices”.
¡Qué razón tenía! Y después del taller que hicimos en clase de Historia, soy
mucho más consciente de ello.
A todos nos pareció muy
interesante, pero más importante aún, es que nos sirvió para aprender cosas muy
útiles de cara a aplicarlo en cualquier ocasión en la que tengamos que hablar.
Por supuesto, todos sabemos hablar, pero hay algo que no es tan sencillo.
Transmitir. Aunque parezca baladí, cada uno de los detalles cuenta a la hora de
exponer algo para otros.
Postura corporal,
movimiento y posición de las manos, entonación, ritmo al hablar, principio, fin,
primera impresión, gestos faciales, hacia donde miramos…
Cada uno de estos aspectos son solo algunos que, inconscientemente, harán de nuestro mensaje, exposición o conversación, algo distinto.
Cada uno de estos aspectos son solo algunos que, inconscientemente, harán de nuestro mensaje, exposición o conversación, algo distinto.
Si nos mostramos
relajados, motivados e introducimos pequeños trucos que solo expertos como
Nacho conocen –y ahora, gracias a él, nosotros también- en nuestras
explicaciones orales, transmitiremos de una forma diferente y, sobre todo,
mejor.
Saber captar la
atención con los momentos star, incluir
al receptor como una parte vital en el tema y hacerla subjetiva, contar
anécdotas, abrir y cerrar la explicación de forma concordante e introducir o
evitar ciertos gestos son herramientas que harán de nosotros buenos oradores,
que es a fin de cuentas una gran parte del método enseñanza-aprendizaje. La
dinámica de la exposición oral en la educación, si se compagina con otros
modelos de enseñanza que hemos ido aprendiendo, hará de nosotros buenos
profesores, polifacéticos y multidisciplinares según sean los objetivos a
cumplir.
La experiencia fue muy
positiva y destacable entre las actividades que hemos hecho a lo largo del
Máster en general. Se tendría que incluir como taller a toda la clase, no solo
al grupo de Historia, pues es importante que todos conozcan lo que aprendimos
en el taller.
Como se suele decir:
Bien está lo que bien acaba.
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